Al paso de la tormenta atípica y la inundación que sufrió Reynosa, el riesgo que enfrenta la ciudad es por brotes epidemiológicos derivados del estancamiento de agua, así como un impacto en la salud mental por lo traumático del suceso.
Reinaldo Ortuño Gutiérrez, coordinador de Médicos sin Fronteras para México y América Central dijo que se han generado importantes riesgos para la salud pública, que pueden afectar tanto a habitantes y personas en tránsito.
“Con el agua estancada hay riesgo de tener enfermedades infecciosas gastrointestinales, y propagación de mosquitos que pueden producir criaderos de dengue y malaria entre la población, entre otras situaciones”.
La fauna nociva como roedores y otros animales muertos entre el agua, son también capaces de transmitir graves infecciones a la población y principalmente a los grupos más vulnerables, como son los niños y los adultos mayores.
“Hay que considerar también que puede haber lesiones por escombros o heridas cortantes por los materiales que quedan desprendidos debido a la inundación”, mencionó Reinaldo Ortuño.
Expuso, se suman los problemas de salud mental, porque la magnitud de la tormenta generó ansiedad e incertidumbre durante y después del fenómeno para muchas familias reynosenses y personas en condición migrante.
“Sí hay un impacto en la salud mental y al mismo tiempo debemos considerar que algunas estructuras de salud se encuentran inaccesibles por la inundación y tenemos albergues que sufrieron afectaciones”, subrayó.
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